Excursión a los Picos de Europa
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Salimos a las 7 de la mañana e íbamos todos algo cansados. Antes de llegar pasamos por una carretera en la que había muchas curvas y algunos nos mareamos un poco. Cuando llegamos nos dividieron en 3 grupos y a cada grupo nos asignaban un guía que nos iba a acompañar por el recorrido de 6km. Antes de entrar en el monte pasamos por 3 pueblos en el que vimos un río, ponis, la casa del pueblo en el que antiguamente había un toro para todo el pueblo y la gente llevaba a las vacas allí, y muchos hórreos de distintos tipos. |
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Patricia, |
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Justo cuando ya íbamos a entrar en el monte un perro empezó a perseguir al grupo y a ladrar y cuando ya estábamos andando atravesó el campo persiguiéndonos pero al final todo quedó en un susto. Y ahí empezó la subida que nos costó un poco a todos, vimos un esqueleto de ciervo y la guía nos contó que durante el invierno habían muerto muchos debido a que había nevado mucho y ellos se van haciendo cada vez más débiles y acaban muriendo. Durante la subida íbamos todos sudando y cansados y estábamos deseando llegar a comer para descansar pero al final tampoco fue para tanto. Mientras comíamos estuvimos contando cosas, riéndonos… y pasamos un buen rato mientras esperábamos a los otros grupos. Después de comer ya solo nos quedaba la bajada que fue muy divertida, pero nuestra guía nos subió a un mirador nuevo en el que se veían todos los picos y donde se podía ver donde empezaba la ruta del Cares fue muy bonito y mereció la pena subir hasta el mirador. Después nos llevaron a una especie de museo en el que vimos cráneos de algunos animales que están por la zona y después nos pusieron un documental cuando llegamos los 3 grupos sobre fauna, vegetación… de toda la zona. Al acabar ya nos fuimos al autobús de vuelta a Laguna y la mayoría nos dormimos porque estábamos muy cansados. Fue una buena excursión en la que nos lo pasamos genial, hicimos muchas fotos, aprendimos cosas y mereció la pena ir porque fue muy bonito. Patricia Gómez.- 1º Bach
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Caminata en Picos de Europa
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Ya antes de salir nos habían descrito la excursión como una caminata insufrible, de un montón de kilómetros y al final, la tragedia se convirtió en realidad. A pesar de ello, durante el viaje, desde las ventanas del autobús pudimos presenciar un montón de paisajes pintorescos, montañas aún con nieve, pueblos bañados por ríos y un embalse enorme al pie de una montaña helada.
Al llegar a Posada de Valdeón, entre el macizo occidental y central vimos las preciosas montañas en medio del deshielo, los prados increíblemente verdes y, sobre todo, la impresionante inmensidad del Torrecerredo. |
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Para la visita al parque nos dividieron en tres grupos y nos fueron explicando la geografía de la zona en la que se sitúa el pueblo y muchas anécdotas sobre las gentes y los lugares. Hicimos varias paradas durante el recorrido para que el guía nos explicara más detalles del parque natural. Durante la ruta, vimos un pequeño poblado que aún conserva hórreos. El guía nos explicó su utilización y la diferencia entre los hórreos asturianos y los leoneses. Después de abandonar el poblado nos acercamos más a la ribera del río y nos tocó hacer una agotadora subida. Exactamente no sé la distancia que recorrimos a pie, pero, desde luego, un buen ejercicio sí que hicimos.
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Al llegar a un punto tan alto que ya no se podía avanzar más, cruzamos un puentecito y continuamos (ya mas tranquilamente, gracias a Dios) por un camino más horizontal al borde de un acantilado desde el que había unas magnificas vistas panorámicas de los macizos y la ribera del río. Finalmente paramos a comer (lo que todos deseábamos) debajo de unos acebos y hayas que le daban un toque verdoso a la ladera.
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En el camino de vuelta al autobús apareció la lluvia que, a pesar de los pronósticos meteorológicos, no nos había molestado hasta entonces. La excursión fue bonita e interesante (y también cansada), sobre todo por poder contemplar algo tan inmenso y tan diferente de nuestra llanura de Valladolid. Es curioso pensar que está a menos de una hora, y seguro que muy pronto nos animamos a coger el coche y a visitarlo otra vez (ya que es gratis, por ahora...). Álvaro Lázaro Uña
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