At long Last! Bound for Norway ¡Por fin! Rumbo a Noruega
|
|
The alarm clock rings, it’s three o’clock in the morning: we’re leaving. I can’t believe that we are really leaving at long last. This midday I will finally see the snow, we will finally meet them again… It’s not just a study tour, the fact of living with the families in a completely unknown place made us feel like at home, and this made our stay much easier, much more comfortable. I remember that 4th March early morning, the day when we boarded that plane heading to Norway, after more than one year of planning and preparations. When we arrived there, we didn’t stop even for a minute: we visited countless places -from the city center of Oslo to the skijump or the Norwegian shore-, we practised English, we rode on sleds, we made typical Norwegian food, we went to school and to the cinema with them, and so on. The time flew because of our busy schedule, and these ten intense days ended too soon.
I also remember the day we came back. I was staring at that white landscape through the plane window, with tears in my eyes, wondering if I would ever return. It was at that moment when I realised how big this project has been, how much it has given us, in academic and in emotional terms. It’s been a month since that day, and now we would all like to say thanks for the big effort that the organizers have made preparing this trip that has changed our lives.
Julia Rodríguez White |
|
La autora de nuestro doble reportaje acompañada de Sofía y Carla |
|
¡Por fin! Rumbo a Noruega | |
Suena el despertador, son las tres de la mañana, nos vamos. No puedo creer que por fin nos vayamos, este mediodía por fin veré la nieve, por fin volveremos a encontrarnos con ellos, por fin… No sólo ha sido un viaje de estudios, pues el hecho de convivir con familias en un lugar completamente desconocido nos hizo sentir más cerca de casa, más cómodos y esto nos facilitó mucho la estancia. Recuerdo esa madrugada del 4 de marzo, el día que, tras más de un año de preparativos, nos montamos medio dormidos en aquel avión con destino a Noruega. Allí no paramos ni un minuto: visitamos innumerables sitios, desde el centro de Oslo hasta el salto de esquí o la costa nórdica, practicamos el inglés, montamos en trineo, hicimos comida típica noruega, asistimos a clases con ellos, fuimos al cine, etc. Todas estas cosas hicieron que el tiempo pasara volando, y esos diez días tan intensos se acabaron demasiado pronto. También recuerdo perfectamente el día de vuelta, que mirando por la ventanilla del avión, entre lágrimas dije adiós a esa tierra blanca, sin saber si volvería nunca. Fue entonces cuando me di cuenta de lo grande que había sido este proyecto, de todo lo que nos ha aportado, tanto académica como emocionalmente. Ya ha pasado un mes desde aquel día, y ahora, con más perspectiva me gustaría agradecer de parte de todos el gran esfuerzo que ha supuesto a las organizadoras este viaje que ha marcado nuestras vidas.
Julia Rodríguez White |