Miguel Saiz Cervera, alumno de 1º de Bachillerato A, ha obtenido el segundo premio provincial en la sexta edición del concurso literario “Carta a una militar española”.
El tema a desarrollar era “30 años trabajando en igualdad” como homenaje a la profesionalidad, entereza y valentía de las mujeres en las FAS.
La entrega de premios tuvo lugar el día 2 de abril en el salón de actos de la Residencia militar de Estudiantes Santiago en Valladolid. El acto estuvo presidido por la Delegada del Gobierno en Castilla y León, el Coronel de infantería Delegado de Defensa y el Director General de Recursos Humanos de la Junta de Castilla y León.
ALUMNO: Miguel Saiz Cervera
CURSO: 1º BACHILLERATO
CENTRO: IES MARÍA MOLINER
LOCALIDAD: LAGUNA DE DUERO (VALLADOLID)
Estimada compatriota:
Quiero agradecerte la labor realizada en beneficio de la defensa de nuestro país, pero, sobre todo, me gustaría compartir contigo mi admiración por todas las labores humanitarias realizadas y por vuestra contribución a la igualdad entre hombres y mujeres, haciendo del ejército uno de los colectivos donde la conciliación familiar es menos difícil.
Parece increíble que hayáis logrado llegar a esta situación integrándoos en un mundo tradicionalmente masculino, donde la fuerza física, la tradición y la rigidez mental lo eran todo. Habéis demostrado al mundo que no solo podéis hacer lo mismo que un hombre, sino que vuestra constancia, inteligencia y sensatez ha sido valorada y utilizada para dar a las Fuerzas Armadas una imagen más acorde con el tiempo en que vivimos. Un lugar donde existen guarderías y escuelas para vuestros hijos, donde tanto madres como padres pueden pasar más tiempo con ellos, donde tener una familia no resulta más complicado que en otros trabajos, porque también los hombres se han visto beneficiados de vuestra contribución y por supuesto, vuestros hijos.
A vosotras, las primeras, el principio os resultó difícil, estoy seguro de que muchos os quisieron enviar a la cocina o a criar a vuestros hijos, pero habéis demostrado que la defensa de un país o la entrega a los demás allá donde os necesitan, no es cuestión de músculo y andrógenos, sino que empuñando un fusil, llevando víveres o rescatando víctimas estáis al mismo o superior nivel, porque os enfrentáis a los problemas con una visión diferente y complementaria a la de vuestros compañeros, que, estoy seguro, han mejorado mucho desde que compartís misiones.
Ser la superior de un colectivo masculino o mixto, que se os respete, se os admire y envidie ha sido un logro conseguido con vuestro gran esfuerzo, nadie os ha regalado nada, sino que, poco a poco, pasito a pasito, habéis llegado a donde os merecéis y demostrasteis a todos que, salvando las diferencias biológicas y anatómicas, la integración e igualdad no solo es posible, sino deseable. Sois un ejemplo para muchos. Igual pilotáis un avión, capitaneáis un barco, morís por la patria, que lideráis un escuadrón o atendéis a heridos. Pero también planteáis misiones tácticas, estrategias y labores de rescate. Todo ello sin importar si enfrente o a vuestro lado está un hombre u otra mujer, en vuestro país o allá donde se os necesita.
Gracias a todas y cada una de esas mujeres que defendieron sus ideas, sus deseos, su vocación, a pesar de obstáculos. A todas las que han ayudado a que nuestro ejército sea una gran familia, a que todas las mujeres de este país luchen por conseguir lo que quieren en la vida, a las que, nos han enseñado que no existen mundos de hombres y mujeres, sino una sociedad donde ambos sexos son necesarios y complementarios y nadie es mejor que nadie, somos diferentes en la biología y anatomía, pero cada uno puede alcanzar su objetivo con tesón.